Avenida de la Industria, 22, El Viso de San Juan, Toledo
El plástico supone una de las mayores lacras medioambientales del consumo humano. Cierto es que es un material económico y duradero, además de aplicable a un sinfín de objetos. Esto ha provocado que sea altamente utilizado, especialmente en las últimas seis décadas. En consecuencia, la cantidad de residuos plásticos a la que nos enfrentamos es descomunal, encontrándose estos en los mares y océanos, principalmente. Además, a esto se suma el largo proceso de descomposición de este material, cifrado en torno a los 500 años. Por lo que a este acelerado ritmo de producción, el periodo de descomposición es más que insuficiente.
No obstante, gracias al reciclaje se está consiguiendo frenar dicho ritmo. Como ya sabemos, las pequeñas acciones individuales tienen un gran poder en su conjunto para hacer frente al impacto medioambiental que causamos. En España el reciclaje no se encuentra tan difundido como en otros países europeos, pero, poco a poco, parece que la cifra va aumentando, ya que en 2019 y en 2020 la cantidad de toneladas de envases domésticos que entraron en plantas de reciclado (en torno a las 1.500 millones de toneladas) fue mayor que en años anteriores. Por lo que se aprecia una mayor concienciación ciudadana al respecto.
Gracias al avance de la tecnología y al creciente interés de las grandes empresas por ser más responsables con el medioambiente, algunos fabricantes han comenzado en los últimos años a desarrollar productos con plástico reciclado. Una de las razones por las que se está llevando esto a cabo es que la fabricación de nuevos productos con plástico reciclado requiere un 66% menos de energía que el plástico en bruto.
Entre las principales aplicaciones del plástico reciclado, encontramos la madera plástica. Esta se usa, sobre todo, para la fabricación de mobiliario urbano como, por ejemplo, parques infantiles, vallas o señales de tráfico, entre otros. Otro de sus usos se da en la industria textil para elaborar fibra textil. El PET, que es el plástico más utilizado, se suele reciclar para obtener fibras que, posteriormente, serán utilizadas en la fabricación de ropa y complementos, así como en alfombras y cuerdas, entre otros.
Por su parte, sectores como el automovilístico, el agricultor o el de la construcción son también importantes consumidores de plástico reciclado. El primero lo utiliza debido a la mejora de la aerodinámica y del aislamiento acústico del vehículo que proporciona este material. Un ejemplo de ello es la marca Ford, la cual afirma que en cada uno de sus automóviles suelen incorporar alrededor de 250 botellas de plástico recicladas. Por su parte, el sector agricultor lo utiliza para dar sombra a los invernaderos o para maceteros, por ejemplo; mientras que en la construcción se utiliza para productos de aislamiento e impermeabilización. Asimismo, hay muchas más aplicaciones para el plástico reciclado. Las botellas de agua pueden volver a ser utilizadas como botellas, aunque no para introducir productos de consumo humano, sino para productos químicos como los de limpieza.
Gracias al reciclaje podemos conseguir que el plástico tenga otra vida. Esta acción tiene beneficios tanto económicos, como para la salud de las personas y animales. Con nuestras pequeñas acciones podemos hacer que esta lacra medioambiental que estamos provocando se vea reducida.