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El amianto o asbesto es un material de construcción que se comercializó con mucho éxito a nivel mundial, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XX. A finales de dicho siglo se comenzó a prohibir su uso y comercialización, sucesivamente, en numerosos países, llegando a prohibirse en España en el año 2001. El riesgo de este material reside en las numerosas enfermedades graves que provoca la inhalación de las fibras que componen.
Dentro de la Unión Europea, fue Francia el país que más amianto utilizó, seguido por España. Aunque en ambos países el uso de amianto y su comercialización llevan prohibidos muchos años.
Sin embargo, encontramos otros países que, actualmente, producen y exportan unas cantidades descomunales de amianto. Entre estos países destacan Rusia y Kazajistán, los cuales son los países que más cantidad de amianto exportan a nivel mundial.
Las cifras de exportación han bajado en ciertos países como Brasil, ya que se prohibió dicho material en 2018. Sin embargo, en otros, como Rusia, las toneladas de amianto exportadas han aumentado, provocando, incluso, ciertos conflictos con otros países. En el año 2018, Rusia exportó el 57,6% del total de amianto exportado a nivel mundial. En segundo lugar, encontramos a Kazajstán, la cual exportó el 18,2% y, en tercer lugar, Brasil que exportó el 14,9% del total. Por su parte, el destino principal de estas exportaciones, es decir, el principal importador fue India, que importó el 41,3% del total mundial, seguida de China con un 13,1%.
Si nos situamos en cifras más recientes, es decir, en el año 2019; Rusia exportó un total de 750.000 toneladas métricas de amianto, mientras que Kazajstán exportó 200.000 y China 125.000, siendo estos tres países, como en 2018, los mayores exportadores de amianto en dicho año.
Las situación comenzó a tensarse en el año 2018, especialmente entre Rusia (mayor exportadora de amianto) y Sri Lanka (la cual importó en ese año un 3,75% del total de amianto). Esta última comenzó en dicho año a ser chantajeada por Rusia cuando, en 2017, el gobierno de Sri Lanka anunció la prohibición de importaciones de amianto, siendo Rusia la beneficiaria de tales operaciones. Esta prohibición en las importaciones se realizaría de manera progresiva, es decir, se preveía que la prohibición se llevase a cabo a partir de 2018, mientras que se realizará de manera completa en 2024, según las previsiones del país.
El chantaje ruso consistió en que dos días después del anuncio del gobierno sobre las importaciones de amianto, Rusia suspendió de forma abrupta las importaciones de té de Sri Lanka, provocando una considerable amenaza para la economía de la llamada ‘isla de las maravillas’. Sin embargo, Sri Lanka cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para continuar con esta sucesiva prohibición de un material tan nocivo que está costando la vida de miles de personas.
Cada vez son más los países que se posicionan contra el amianto a través de su prohibición. Dicho acto conlleva a la desaparición de aquellas ciudades que nacieron para explotar este mineral. Hablamos de ciudades que fueron bautizadas con el mismo nombre del material, especialmente dos, en Canadá y en Rusia.
En Canadá, la pequeña Asbestos es, actualmente, un lugar de peregrinación para el turismo de decadencia. En dicha ciudad, encontramos la mina de amianto llamada ‘Jeffrey’, la cual fue la más grande del mundo hasta el año 2012 y llegó a producir en la década de los años 70 la mitad del amianto consumido en el mundo. Esta mina dejó de funcionar en el año 2018 cuando Canadá se sumó a la lucha global contra el amianto. Desde entonces, este pueblo lucha por poder cambiar su nombre por la negativa imagen que provoca.
Por el contrario, en la ciudad rusa Abest encontramos que sigue en funcionamiento una mina de amianto que ocupa, por ahora, un total de 11 kilómetros cuadrados. Gracias a esta mina sobreviven los 85.000 habitantes de la ciudad, los cuales son conscientes del enfrentamiento mundial hacia dicho material, pero prefieren mantener la supervivencia industrial, a pesar de ser la zona de Rusia con mayores tasas de tumores de cáncer de pulmón.
Sin embargo, la prohibición del amianto en cada vez más países no parece que vaya a frenar a Rusia. Esto se debe a que Estados Unidos importaba el amianto a Brasil y Canadá, las cuales frenaron la producción de este material ante las prohibiciones. Por ello, la oportunidad de Rusia reside en el gigante norteamericano.
Dentro de todas estas disputas, encontramos que los países más perjudicados son aquellos en vías de desarrollo (India, Sri Lanka o Indonesia, entre otros), los cuales se encuentran contra las cuerdas cuando sus economías se ven afectadas, como es el caso de Sri Lanka. No obstante, poco a poco las distintas naciones comienzan a ser conscientes de que el valor humano está por encima del económico.